lunes, 28 de marzo de 2011

UNA SUGERENCIA PARA UNA EXPOSICIÓN EN VALLADOLID

Diego Velicia En estos días en Valladolid, podemos contemplar la exposición "100 años de socialismo en el ayuntamiento de Valladolid 1911-2011" que conmemora la elección del primer concejal de ese partido en el ayuntamiento de Valladolid
  La exposición está claramente dividida en dos partes: la primera corresponde a la etepa previa a la guerra civil. Socialistas como Federico Landrove o Antonio García Quintana ocupan recortes de prensa, cartas, fotografías... Militantes entregados a un ideal, al servicio de los últimos de la sociedad, dispuestos a perder por ellos hasta la vida...
La segunda corresponde a la época posterior a la muerte de Franco.  Los políticos actuales del PSOE son los protagonistas de esa parte. Sin comentarios.
¿Echan ustedes algo en falta? Efectivamente. ¿Qué pasa con los cuarenta años de franquismo? ¿Qué hizo el PSOE entonces? Es evidente que no podía tener concejales, puesto que los ayuntamientos no eran elegidos en votaciones. Pero ¿qué hizo el PSOE en esos años?. Una triste fotografía de miembros del PSOE en el exilio es todo el resumen de la vida del PSOE en esa época.
Permítannos los organizadores hacer una pequeña sugerencia para completar la parte de la exposición referida al exilio, y es la frase de Luis Araquistain, dirigente del PSOE en la II república, en la que relata la vida del partido en Francia: "El partido en el exilio se está muriendo de muerte natural, consumido por la acción del tiempo; ya han muerto casi todos los jefes, (…) Morirán poco a poco los que quedan y acabaremos muriéndonos todos. No se puede renovar: los hijos de los emigrantes se desinteresan del partido, y la mayoría, hasta de España y de su lengua. El partido, como todos los partidos de la emigración de todas las emigraciones es un cadáver político insepulto cuyos afiliados vamos enterrando físicamente cada día. Nuestras únicas señales de vida son los gritos de resentimiento y de desesperación por la República y por la patria perdidas".
 Realmente el PSOE desaparece tras la guerra civil. Podía haber puesto en marcha escuelas de militantes en Francia, pero no lo hicieron. De esta manera, a la llegada de la transición, cuando desplegaron aquellos carteles que decían "100 años de honradez", militantes comunistas los completaban con pintura diciendo "y cuarenta de vacaciones".
 ¿Cómo resucita el PSOE en la transición? A costa de los cheques de la socialdemocracia alemana, a la que interesaba mucho que en España hubiera una socialdemocracia "moderna", esto es, al servicio del capital.
Un PSOE que ya no es socialista, donde ya no se paga por ser socialista, sino que se cobran buenos sueldos por serlo.
Las reconversiones felipistas, el paro, las privatizaciones y la corrupción son buena muestra de a quién iba a servir el PSOE de la transición, o mejor dicho de la traición.  El trabajo de Zapatero a las órdenes de Botín y Alierta hoy lo pone aún más de manifiesto.
 Hoy es más necesario que nunca desenmascarar el falso socialismo del PSOE y trabajar por construir un socialismo autogestionario que defienda a los más débiles en vez de perseguirlos.

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