jueves, 4 de agosto de 2011

«Me quedo en la calle con dos hijas»

Los empleados de Urende en Valladolid analizaron ayer su situación ante el posible cierre

«Pertenezo a la plantilla de Urende desde 2003. Gracias a mi sueldo pago una hipoteca y alimento a las dos hijas que tengo. Y ahora mismo voy a quedarme en la calle. Sin saber cuándo me van a pagar los meses de sueldo que me deben, ni quién lo va a hacer», cuenta Ana, uno de los 27 integrantes de la plantilla que la empresa distribuidora de electrodomésticos y electrónica Urende tiene en Valladolid.Llevan sin cobrar desde el mes de junio y describe así su situación tras conocer, en una reunión que la plantilla del centro en la capital vallisoletana mantuvo ayer, la decisión de la empresa de cerrar durante 60 días algunos de sus establecimientos y suspender temporalmente la relación laboral con 450 trabajadores durante ese mismo tiempo a través de un Expediente de Regulación de Empleo de carácter temporal.
La decisión fue tomada el martes en Córdoba, donde tiene la sede central la empresa, en un encuentro entre la dirección de Urende y los representantes de los trabajadores. El 85,7% de los más de 700 empleados de la distribuidora con 22 tiendas en España han apoyado el preacuerdo alcanzado con la empresa para aplicar el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), un preacuerdo que fue rechazado por los trabajadores de Valladolid que temen que, si se produce este cierre, la tienda no vuelva a abrirse.
Incertidumbre en la plantilla
La situación por la que atraviesa la empresa ha provocado una gran incertidumbre entre los trabajadores. Alberto Sánchez, empleado de Urende en Valladolid desde 2003 y enlace sindical, afirmó al término del encuentro con sus compañeros que «estamos en esta situación sin saber bien qué va a pasar con nuestra vida». A las palabras de Alberto, se unen las de compañeros como Maite, quien afirma que tras 27 años cotizados a la Seguridad Social, en la parte final de su vida laboral se siente insegura, «no sé qué voy a hacer», dice.
Enfado, duda o miedo ante el futuro que les espera fueron algunos de los estados de ánimo que los trabajadores de Urende mostraron durante la reunión. «¿Acabado el ERE qué nos va a pasar?» o «se puede acabar la regulación de empleo y después mandarnos a la calle, seguimos totalmente indefensos», fueron algunos de los comentarios y las preguntas que se hacían sin encontrar respuesta. El enlace sindical con la empresa en la tienda vallisoletana, Alberto Sánchez, informó a sus compañeros de que Urende tiene intención de, una vez cerradas las tiendas seleccionadas por un plazo de 60 días, se procederá a la retirada de todos los productos de estos establecimientos para venderlos en los que permanezcan abiertos. Ante esta noticia, alguno de los empleados consideró y propuso movilizarse para impedir que esto suceda. «Es mejor que no dejemos salir ningún camión con mercancía hasta que no hayamos cobrado lo que nos deben», reflexionó uno de ellos.
«La situación es difícil» Marcelo Seta, que forma parte de la empresa desde la apertura del establecimiento situado en el polígono de Argales de Valladolid comentó su particular drama. Comparte centro de trabajo con su mujer, quien también se vería en la calle si se cierra la tienda. «La situación es difícil por la inseguridad que te crea el conocer la empresa y saber que siempre han hecho las cosas como han querido», afirmó Marcelo. «Yo llevo trabajando en esta empresa seis años, y mi pesar ahora es la incertidumbre que tengo al pensar cómo voy a pagar el mes que viene la hipoteca, cómo voy a hacer frente a mis gastos», añade Beatriz, otra de las trabajadoras, que de producirse la clausura también se verá en la calle.


Fuente: El Norte de Castilla

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