lunes, 14 de noviembre de 2011

Microcréditos: La perversión de la solidaridad

Yunus, el “banquero de los pobres”, se abraza y hace negocios con los poderosos de la tierra (Clinton, Obama, Fundación Carlos Slim, Adidas…). ¿Cómo se puede ayudar y hacer negocio al tiempo?. Hay quien le llama “el chupa sangre de los pobres”.
La cooperación al desarrollo da cobertura ética a los negocios indecentes de los usureros. Nuestro alcalde, tan contento por los ingresos que deja el evento y la notoriedad que da a la ciudad. La Universidad creando una cátedra para estudiar cómo robar donde se pensaba que ya no se podía robar más. La Secretaria de Estado de Cooperación cumpliendo fielmente con su papel de esbirra del capital.
Es un mecanismo perverso, que con la máscara de una pseudo solidaridad inocula en los más empobrecidos el veneno del capitalismo más salvaje, la pretensión (tan querida por los poderosos) de que es posible salir solo de la pobreza. Un instrumento de extensión y profundización del sistema capitalista que pretende atar las manos de los empobrecidos y hacer negocio de la pobreza. Extender la idea de que no es posible la promoción fuera del sistema capitalista. Destruye la autogestión, el protagonismo en la vida política y económica.
¿Es casualidad el elevado número de suicidios entre los receptores de estos créditos?

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