Su último grafiti apareció esta semana frente a la embajada de Francia en Londres. Se trataba de una recreación de Los Miserables, de Victor Hugo, y estaba protagonizado por una niña con lágrimas en sus mejillas (causadas por un bote de gases lacrimógenos) y la bandera francesa rasgada a su espalda. Al lado, un código QR remitía a un vídeo de Youtube en el que la policía gala lanza gas lacrimógeno contra los refugiados del campo de Calais conocido como La Jungla.
Las autoridades no han tardado nada en tapar el mural… No es la primera vez que el misterioso Pepito Grillo grafitero agita las conciencias respecto al tema de los refugiados. Hace poco asomó en el mismo túnel de La Jungla un grafiti de Steve Jobs junto a una referencia directa al origen sirio de su padre. También en Calais Banksy recreó “La Balsa de la Medusa”, en esta ocasión llena de refugiados solicitando auxilio a un yate de lujo. Asimismo apareció otro grafiti de un niño mirando a las costas británicas con un catalejo en cuyo extremo estaba posado un cuervo.
El mismo Banksy ha confirmado que el efímero parque temático de Dismaland (una especie de Disneylandia antisistema creada para mostrar el mundo podrido en el que vivimos lejos de los cuentos de hadas que nos venden) se usará para construir un campo de refugiados. Necesitamos a alguien que nos remueva las tripas de vez en cuando. Y más en un día en el que nos enteramos de que la UE ha reubicado ya la friolera de 414 refugiados de los 160.000 prometidos.
Un día en el que nos hablan de disfraces de carnaval de “niños refugiados de guerra” a la venta por parte de Amazon. Un día en el que escuchamos a un ministro griego acusar a otro belga de haber soltado en una reunión para tratar la crisis: “Echadlos hasta el mar, me da igual si se ahogan”. Y en ésas estamos. Banksy lo tiene claro: “No necesitamos más héroes, sólo a alguien que saque la basura”.
Autor: Vicente Álvarez
Fuente: El Norte de Castilla
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