lunes, 28 de abril de 2014

Los miserables en Valladolid: miserables de ayer y de hoy.

Hasta el día 4 de mayo se puede ver en Valladolid el musical Los Miserables, basado en la obra de Víctor Hugo. Este espectáculo representa las vidas y luchas de los miserables de la Europa del siglo XIX, en concreto de Francia.
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los pobres, reflejadas en todo su dramatismo. Las luchas sociales "canta el pueblo su canción", la solidaridad, la entrega de la vida por los demás "sea hoy mi final pero a él, sálvalo", la oración permanente de los pobres, "oh Señor, oyeme"...
El aplastamiento, "otro día se va y eres mucho más viejo, es la vida del pobre no hay más que decir", las cadenas, la pillería, el abuso del débil...

Unos miserables que tienen como enemigo fundamental a la ley, encarnada en el personaje del inspector Javert. Una ley elevada a categoría de sagrada y que conduce a Javert al suicidio.

No es la Iglesia el enemigo de los Miserables. Más bien es la que posibilita, con la actuación del obispo, el cambio de Jean Valjean, su paso del odio y el resentimiento al perdón y la solidaridad.

No sólo estos miserables son los que visitan Valladolid estos días. Con motivo del próximo congreso internacional de lucha contra el Paro, la Explotación y la Esclavitud "Rompiendo Cadenas" el sábado pasado el grupo de teatro Zeroalaiquierda representaba la obre Tirar del Hilo, encarnando las vidas de los explotados por las grandes multinacionales textiles. Dicho acto servía de presentación de dicho congreso en nuestra ciudad.

Y el próximo miércoles 30 de abril a las 20:30 h. estará en la Casa de Cultura y Solidaridad de Valladolid (c/ Industrias 16 bajo) Martín Barrios, que es coordinador de la Comisión de Derechos Humanos y Laborales del Valle de Tehuacán en México, que se ocupa de defender los derechos laborales de los trabajadores de numerosas fábricas textiles de Tehuacán nos contará las realidad de explotación que padecen los trabajadores del sector y las luchas solidarias que desarrollan por su emancipación.

Una actualización de las vidas de Los Miserables del siglo XXI, que servirá sin duda para recordar que hoy, igual que ayer, la vida solidaria merece la pena, "amar a un semejante es como ver la faz de Dios"


Diego Velicia



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