martes, 12 de mayo de 2015

El escándalo del siglo

El mundo muere, principalmente, de hambre.
 Cada día, 100.000 personas. La mitad niños. Mientras, el mundo produce alimentos para el doble de la población actual. “Cada niño que hoy muere de hambre, debe ser considerado un asesinato” (Jean Ziegler, exrelator de la ONU para la alimentación).
En nuestra región y en Valladolid, mucha gente sobrevive gracias a la aportación de los Bancos de Alimentos, que se ven desbordados ante las necesidades más urgentes. Sólo en 2014 tuvieron que incrementar un 50% sus entregas respecto a 2013.
Las cifras de Cáritas son elocuentes: hay 128.000 personas en Castilla y León, 32.000 de ellas en Valladolid, que están bajo el umbral de la pobreza severa. Familias que han sido expulsadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca, que enferman con más facilidad por no poder ni encender la calefacción, sin trabajo y apenas ingresos, que se encuentran en la cuneta de la marginación. Y que por supuesto no pueden alimentarse correctamente, lo que agrava todos esos problemas. No les vemos, porque el hambre se esconde, porque estigmatiza en esta sociedad de la opulencia y de la apariencia.
Pero el hambre de aquí y de allí no son consecuencia de fatalidades irremediables, sino que tienen las mismas causas provocadas por un sistema insolidario e injusto que busca con avaricia el beneficio, personal o empresarial, por encima de todo, y que precisa del paro y la precariedad para concentrar las riquezas en muy pocas manos. Porque es del trabajo de donde las personas y las familias deben obtener los mínimos ingresos para vivir con dignidad. Y eso, hoy, es cada vez menos frecuente.
Son muchas las causas de esta lacra: especulación financiera con los alimentos; control del mercado alimentario por una docena de multinacionales inmensamente poderosas; pagos de deuda externa que impiden la inversión en agricultura; desperdicio masivo de alimentos; uso creciente de suelo agrícola para producciones secundarias (flores, biocombustibles o simple especulación); privatización del agua, etc…
Dado que estas causas que provocan el hambre son conocidas y son técnicamente superables (sólo haría falta un 1% de lo entregado para el rescate bancario para borrar hoy mismo el hambre en el mundo) el partido SAIn entiende que el problema radica en la voluntad, en la decisión política.
Y por ello, el SAIn exige en su programa político que se arbitren las medidas necesarias para erradicar el primer problema actual de la humanidad, atajando las causas y no actuando de forma permanentemente asistencial sobre las consecuencias. Desde la promoción de las personas, con su lucha por sus derechos básicos, con la solidaridad con los últimos como principio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario