Los recortes presupuestarios acaban de alcanzar a las pequeñas bibliotecas municipales diseminadas por ocho barrios de la ciudad. Sus puntos de préstamos de libros, utilizados a su vez por los vecinos como lugar de estudio o de acceso a Internet, han reducido sus horarios y sus días de apertura, de cinco a solo dos laborables, desde el pasado 12 de enero. La medida ha desatado la ira de las asociaciones vecinales de los barrios afectados, en los que residente la friolera de 41.589 habitantes.
