Hace pocos días el Partido Animalista y otras organizaciones han presentado 71.000 firmas contra el toro de la vega ante el delegado territorial de la Junta de Castilla y León. El toro de la vega es un festejo taurino que se celebra a mediados de septiembre en Tordesillas en el que tras un encierro por las calles de la villa se llega a una vega en la que el toro es alanceado.
Desde hace unos años distintas organizaciones de defensa de los animales han desarrollado una campaña contra este festejo, destacando la crueldad que padece el animal. Vaya por delante que no defiendo este festejo.
Pero estas campañas de defensa de los animales, en un mundo en el que las personas están siendo pisoteadas me parecen inhumanas.
El sufrimiento de 71.000 toros de la vega alanceados no está, ni estará, a la altura del sufrimiento de una sola familia en paro. O desahuciada. O hambrienta.
Por una sola razón: porque son personas. Y por ser personas, son más conscientes. Y por ser personas, son dignas. Y porque sabemos que es todo un sistema el que genera esa explotación. Todo un sistema político y por lo tanto, cambiable.
Y habrá quien diga que lo uno no quita lo otro, que se puede estar contra el paro y los desahucios y contra el hambre y también contra el toro de la vega, que no hay porque enfrentar las cosas... Que se defiende a los animales para defender la dignidad de las personas, porque no es digno dedicarse a hacer sufrir a los animales...
Pero cada minuto de esfuerzo, de energía, de trabajo, de sacrificio, cada céntimo de euro desviado a la defensa de animales en vez de al trabajo por demoler las estructuras que generan la explotación de las personas, son un minuto y un céntimo de indignidad, de inhumanidad.
Diego Velicia
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