No son más o menos 4 los millones las personas afectadas por
el desempleo en España. Son más de 10 millones los que viven una existencia
permanente en la angustia de no llegar a fin de mes -ni a mitad de mes-, de no
poder pagar la hipoteca, la calefacción, la comida,…
Son más de 10 millones los que sufren un día a día
sangrante, aguantando condiciones inhumanas, abusivas, indignantes,… para no
caer en el desempleo. Se ven forzados a admitir situaciones de explotación
salvaje por miedo al paro. Porque el paro adoctrina, acongoja, hace que se
dobleguen las espaldas y los espíritus de la gente.
Gráfica nº1
Son personas. Con nombre y apellidos, con hijos que lloran
por las noches porque pasan frío o hambre. Que llegan a la escuela exhaustos
por no haber desayunado a pesar de que sus padres, habiendo trabajado también
hasta la extenuación el día anterior, no ganan lo suficiente para mantener con
dignidad a la familia.
Son trabajadores que viven en los recovecos de la economía
sumergida, subcontratados sin seguridad, con despidos en viernes y readmisiones
en lunes, con falsos contratos como autónomos o inmigrantes que simplemente
quieren ganarse el pan de cada día.
Son miles de hombres y mujeres que quieren ejercer su
derecho y su deber a trabajar, como dice defender la Constitución o los DDHH.
Son el 13% de los trabajadores de nuestro país, que a pesar de tener un empleo,
viven bajo el agobio de la pobreza, de la miseria, de la marginalidad.
Son los precarizados, a los que se alienta diciendo que esa
situación es pasajera, fruto de esta crisis en la que las grandes compañías
ganan millones sin sonrojo, a base de quitárselo a sus empleados. Son una
legión los jóvenes a los que se engaña con estas miserias de contratos y
condiciones, haciéndoles creer que es el primer paso para futuros contratos indefinidos
y de calidad. Mentira.
Gráfica nº2
La precariedad no es pasajera, ha venido para quedarse y
crece cada día. Los jóvenes de hoy sólo pueden mirar un futuro en el que lo
único indefinido que se les ofrece es la precariedad.
De nada sirve reducir las cifras oficiales del paro si la
alternativa es una precariedad infame, en la que se van alternando contratos
basura con períodos de paro. Si se sale del grupo de 4 para entrar en otro de
#Másde10
Tenemos que romper con esta dinámica maligna, pues no es un
designio inalterable. Tampoco es un problema técnico ni de falta de recursos.
Es un problema de voluntad política y eso sí tiene solución. Desde la
solidaridad, desde el propio protagonismo y desde la lucha internacionalista.
Notas:
Gráfica nº 1
tomada del post “Los más vulnerables ante el empleo: ¿cuántos y quiénes son?”
de Florentino Felgueroso publicado en el blog NadaEsGratis.es
Gráfica nº 2
tomada del post “Precariedad
2.0” de Marcel Jansen (y otros) publicado en el blog NadaEsGratis.es
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