La liberalización de horarios comerciales también ha supuesto algunos conflictos a nivel interno entre empresas y trabajadores. Sin ir más lejos, una tienda del otro comercio textil, también en la calle Santiago, ha despedido a una trabajadora que se negó a trabajar en domingos. La citada empresa envió una carta a todos sus trabajadores en la que les dice que, dada la liberalización de horarios y en base a adaptarse a la actual demanda, «es del todo necesario» que se modifique la jornada laboral para fijarla de lunes a domingo. «Se le informa de que si resultase perjudicada por la presente modificación tendrá derecho a rescindir su contrato y percibir una indemnización de 20 días de salario por año de servicio», concluye la misiva.
Entre toda la plantilla hubo una empleada que se negó a aceptar las nuevas condiciones. Y así se lo hizo saber a los responsables al día siguiente. «Después de hacerlo me llegó otra carta en la que me comunicaban que se producía un despido que admitían como improcedente y me pagarían 20 días por año trabajado», dice la afectada, que dejará la citada empresa el próximo día 6. «Al principio me intentaron convencer, pero yo no estoy dispuesta a trabajar los domingos gratis, cuando antes lo hacía cobrando 12,5 euros cada hora».
Esta empleada dice entender las razones empresariales por las que la tienda toma esta decisión, pero considera que debe ser compensada por esta modificación de sus condiciones de trabajo. «Descansar de lunes a jueves a mí no me supone nada porque toda mi gente tiene su día libre el domingo». Al final no hubo acuerdo y después de un año y siete meses en la empresa, su próximo destino será el paro.
Fuente: El día de Valladolid
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