El 18 de diciembre se conmemora el Día del Migrante. Recientemente en España hemos comprobado la falta de vergüenza del gobierno con la instalación de cuchillas en la alambrada fronteriza de Melilla y las justificaciones utilizadas.
El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado que las cuchillas son un elemento “disuasorio”. Pero disuadir, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua es “inducir, mover a alguien con razones a mudar de dictamen o a desistir de un propósito”. Y en las cuchillas no hay disuasión, sino violencia. No es la única falsedad con el lenguaje en este caso, ya que se ha bautizado a las cuchillas como “concertinas”, cuando éstas son un instrumento musical, una especie de acordeón. Con tanta mentira se intenta rebajar ante la opinión pública la canallada que supone la instalación de las cuchillas.
La política de
nuestro gobierno respecto de la inmigración es claramente diferente según se
trate de ricos o pobres los que quieran llegar a nuestro país. A aquellos que
compren una casa de más de 500.000 euros se les regala el permiso de
residencia. Mientras el trato dado a los pobres es peor que el que reciben los
animales. De hecho, la colocación de vallas con alambre de espino (menos dañina
que las cuchillas) está prohibida por la legislación medioambiental y
cinegética de distintas comunidades autónomas. En Andalucía, como muestra, el
Decreto 182/2005 de 26 de julio, del Reglamento de Ordenación de la Caza,
publicado en BOJA el 9 de agosto de 2005, en su Artículo 65, apartado 1
"(está) prohibida la construcción de dichos cercados (es decir, en cotos
de caza), con alambre de espinos, o mediante cualquier otro método que produzca
quebranto físico a los animales."
No es la primera
vez que los inmigrantes pobres salen perdiendo si se compara su trato con el
que reciben los animales en España. En 2010 por el Sindicato Unificado de
Policía, que señaló que la Jefatura de Policía de Valencia “dispone el traslado
de inmigrantes en vehículos celulares que no cumplen los requisitos mínimos
exigidos en la UE para el traslado de animales.
Reconocemos y valoramos las
iniciativas como la del ayuno mundial, promovido por el campamento de protesta
de refugiados de Viena (Austria) y el campamento de migrantes refugiados de
Tijuana (México) en protesta por las
políticas migratorias de países y regiones enriquecidas y sus consecuencias en
forma de muerte y explotación para los pobres. Es necesario incrementar la
presión sobre los gobiernos para exigir que traten a las personas como
personas. En ese sentido denunciamos el silencio del Delegado del Gobierno en
Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, ante nuestra solicitud de una entrevista
para expresarle nuestro rechazo a la colocación de las cuchillas en Melilla.
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