Me
llaman desleal. No lo sabía, pero me
dicen algunos amigos, que militantes del PSOE (de esos que han puesto la
tienda de campaña en las sedes del partido,
los que han decidido vivir de«eso»), me acusan de deslealtad con el Partido Socialista. ¿Por qué? Porque si les critico a ellos y a sus mamoneos,
hago daño al Partido Socialista, me
dicen que dicen. O, dicho de otra forma, como ellos son El Partido, si se les
critica a ellos, se ofende al PSOE. Algunos dicen, incluso, eso de que los trapos sucios se lavan en casa», como en las familias, que de eso se trata, de
la familia, pero en el mal sentido, que tiene el mismo significado que
el que le dan en algunas zonas mafiosas
de Italia. Éstos, tan encerrados en las sedes de los partidos, no se han
enterado de lo harta que está la gente
de sus cambios de cromos para vivir del cuento, de cómo les tiene calado
el personal. Y me llaman desleal.
Se
ha degradado tanto esto de los partidos políticos que he visto cosas que me repugnan, como esos grupos de
afiliados, con una tropa de parientes
incluidos, que sólo tienen como objetivo que el chico o la chica sigan
de candidatos a la alcaldía, aunque
sean desastres comprobados y garantizados, o de diputados y senadores que, año tras año, sólo sirven para
calentar el escaño. Pero, es de los nuestros, dicen, y a eso le llaman lealtad al
partido, sí señor, pero que mucha lealtad. Y yo, que digo, como piensa todo el mundo, que
hay que echar a gorrazos a esa panda de inútiles, soy un desleal, claro. Y lo seguiré siendo, porque, para mí,
un tonto es un tonto y un aprovechado es un aprovechado, aunque sea de mi
partido, y un vago es un vago, y un candidato al que no pueden ver ni en su casa, pues eso. Y presentar como candidatos tontos, vagos, aprovechados y rechazados eso si que es una enorme deslealtad, primero para la
gente a la que van a representar y, en segundo lugar, para el partido al que, como podemos comprobar, no paran de
hundir cada día un poco más. Y yo soy leal con la gente y con mi partido al no hacer como que no
veo lo que veo. ¿Entendido, colegas que
me criticáis?
¿Qué
yo soy un desleal? Les voy a decir un par de cosas a estos leales al cocido
gratis. He sido candidato a alcalde por el PSOE en nueve ocasiones y en todas conseguí mayoría absoluta, incluida la primera, cuando a los socialistas en estas tierras se nos consideraba
como a extraterrestres, en el mejor de los casos. Así que le di al PSOE
nueve mayorías absolutas, una tras otra, y eso que en algunas ocasiones
votar al partido socialista con las cosas que veía la gente en la tele,
'roldanes' incluidos, para muchos
vecinos no resultaba fácil. Así que tienen poca autoridad para callarme esos parásitos de las sedes, por mucho que
los envisque ese que vive y trabaja en Madrid,
pero cobra aquí, en las Cortes de Castilla y León, del dinero de los
castellanos y leoneses.
Ese soy yo, ahora veamos quiénes son éstos. Si no lo
hacen los medios de comunicación, habrá que empezar por libre a contarle a la gente qué hace
en Madrid cada diputado y cada senador, con detalle, día a día, qué hace éste o aquel, uno a uno, que salen muy caros, y habrá
que preguntarse en voz alta qué misterio hay para que se presente una y
otra vez en las ciudades de esta Comunidad a candidatos que ya sabemos que
ganarán cuando las ranas críen pelo. He llegado a ver, como todo el mundo, que un candidato al Senado hacía las mismas
trampas contra los otros dos candidatos de su partido en dos elecciones, a la
luz del día, y ahí sigue como uno de los leales. Diputados, senadores y procuradores que se han
especializado en ruedas de prensa, mes
a mes, en lasque cuentan milongas, repiten los mismos argumentos que ya
conocemos todos, se van a Madrid o a Valladolid como quien va a la feria a verlos toros y a vivir, que son dos días,
hasta la próxima elección, para lo que tienen bien controlada la sede
del partido, a eso si le dedican tiempo. Estos son los leales, tan leales que, como sigamos así, son capaces de liquidar un partido que
otros pusieron en pie con mucho sacrificio durante muchas
décadas desde que lo fundara Pablo Iglesias.
Hay
algunos caraduras del sistema que se
empeñan en-decir que hacer
críticas internas divide a los partidos. Estoy convencido de que la
división real ya se ha creado entre la sociedad y los partidos y sindicatos. La gente está harta de veros. La gente
está harta de votaros. La gente está harta de vuestras componendas.
En España, queridos amigos, se ha creado un sistema político
en el que, en la
derecha y en la izquierda, se considera lealtad al partido político esconder las vergüenzas propias, que
ya vemos que son tantas que están inundando el país de mierda. Ahí están los correos de Blesa,
los Consejos de lascadas con sus preferentes, las fiscalías corruptas
y tanta porquería que ahora sale de golpe, y todos leales con las familias. Ahí siguen en los consejos de administración
de las eléctricas, forrándose, viejas glorias del PP y del PSOE, y en
uno y en otro partido te salen
cantamañanas que te dicen que hay que tapar la mierda por lealtad.
Lealtad hasta que hundan España y, de paso, a sus propios partidos. Ahí está
cómo se han puesto de acuerdo, en eso
sí, para repartirse los puestos del Consejo General del Poder Judicial,
todos, incluidos los de Izquierda Unida ,y ahora dice Elena Valenciano que Gallardón
es un facha, dos días después de repartir
con él los cromos. Así que, por mi
parte, seguiré siendo desleal con tanto golfo; con tanta chatarra como hay que retirar de la
circulación, para intentar ayudar a recuperar
un país que está muy malherido, amigos.
Ole y ole! Mejor dicho imposible. Aquí con quien se tiene que ser leal, es con los ciudadanos a quienes representa, y punto.
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