Valladolid y las multinacionales

En este último año hemos asistido al anuncio del cierre de tres empresas señeras de Valladolid: Lex Nova, Dulciora y Lauki. Eran cierres anunciados desde hace años pues cuando Thomson Reuters, Lactalis y Mondelez compraron aquellas empresas sabían lo que hacían.
Se aprovechaban del prestigio de unas marcas que triunfaron en el mercado gracias al talento y buen hacer de sus trabajadores y de quienes las pusieron en marcha. En alguno de los casos el origen fue cooperativo.

El modus operandi ha sido similar en los tres casos: empresas con beneficios se aprovechan de una legislación laboral dictada para que en estos procesos todo se haga sin sobresaltos; una administración que pide a los ciudadanos comprensión para estas empresas y que no se sea muy duro en el juicio hacia ellas; unos sindicatos que prefieren firmar un buen acuerdo pues son conscientes que son incapaces de lograr una movilización que haga retractarse a la multinacional; una plantilla que reacciona cuando ya es tarde y una opinión pública resignada.
Las multinacionales, esas que no pagan impuestos y acaparan recursos públicos, vampirizan el talento, el trabajo y los fondos públicos de la manera más impune. El ámbito transnacional en el que operan les permite elaborar estrategias que camuflan sus verdaderas cuentas, permiten ocultar sus beneficios y provocar artificialmente pérdidas en sus filiales para así poder deslocalizar donde les sea más rentable.

No nos hemos parado a pensar en quien paga todo esto. Ahora nos toca a todos pagar las prestaciones por desempleo y todas las consecuencias sociales y familiares de estos cierres. Es hora de exigir a la administración que deje de mostrarse servil ante los grandes y empiece a hacer las cuentas en serio. Las ventas de las empresas familiares a las multinacionales o a anónimos fondos de inversión nunca son una buena noticia ni traen empleo. Suelen ser el inicio de una estrategia para trocear la empresa, aprovecharse del valor de la marca comercial y del prestigio en el mercado y esperar la ocasión para una futura venta y hacer caja.