El paro y la explotación laboral en Valladolid se ha mostrado en los últimos meses con los nombres de Dulciora, Lauki, Sada, Lex Nova, Printolid, además de varios hoteles. El mismo temor se cierne ahora sobre empresas como Manrique.
Cientos de trabajadores despedidos de estas fábricas aún cuando sus accionistas reconocen que eran rentables y que sus trabajadores tenían un alto nivel de cualificación. Trabajadores que han sido despedidos, trasladados o prejubilados después de haber generado con su trabajo una gran riqueza, para la ciudad y para los accionistas.
La explicación a esta injusta paradoja tiene que ver con la estrategia de empresas multinacionales, que compran estas empresas, para desguazarlas y aprovechar sus marcas o sus clientes, en una estrategia internacional con la que multiplican beneficios. Eso sí, para ello es necesaria la colaboración de los accionistas locales, que reciben los frutos del pelotazo olvidando el origen social de su riqueza. Los cierres de sus empresas serán fuente de paro para otros, y de dinero para ellos.
Estos hechos evidencian que el modelo de empresa actual divide a las personas en amos y siervos. Los amos son los poseedores de las acciones (en ocasiones, el propio Estado). Los siervos son los trabajadores de la empresa.
Este modelo de amos y siervos nos muestra cuánto nos queda por avanzar en un terreno fundamental de la vida de las personas como es el trabajo. Es difícil pensar que realmente nos estamos gobernando a nosotros mismos si en algo tan importante como el trabajo, no tenemos capacidad de decisión en aspectos que nos afectan tanto y de forma tan inmediata.
Cambiar el modelo de empresa de amos y siervos exige avanzar hacia un modelo en el que los trabajadores sean a la vez amos y siervos. El cooperativismo se ha evidenciado como una línea que permita avanzar en este sentido. La propia constitución española en su artículo 129.2 afirma "Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción."
Desde favorecer el acceso de las cooperativas en las contrataciones públicas, a la promoción de la educación cooperativa en escuelas y centros de formación, pasando por el impulso de empresas basadas en la economía social (Cooperativas de Trabajo Asociado, Sociedades Anónimas Laborales, Centros Especiales de Empleo o de Inserción) o propiciar medidas para la recuperación de empresas por parte de sus trabajadores mediante alguna de estas figuras, antes que sucumbir al cierre o a la deslocalización.
Es la hora de hacer una apuesta por las soluciones. Son muchas las posibilidades de acción si realmente se quiere. Desde el partido SAIn apostamos por una economía y un modelo de empresa que ponga la persona por delante del beneficio. Que ponga por tanto el protagonismo del trabajador, la democracia y la solidaridad por encima de las exigencias de un capital que cada vez se muestra más anónimo, más inhumano.
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