En nuestra región, el empleo estacional supera al resto de España y, el total de contratos firmados, el 92% fueron temporales. Hemos asistido a una estrategia dirigida no a la creación de empleo, sino al reparto de miseria entre los trabajadores. La precariedad y los bajos salarios desembocan en problemas en las pensiones que se agravarán para las generaciones venideras.
También crece el número de desempleados sin cobertura por desempleo porque los parados de larga duración no encuentran trabajo y porque los contratos de corta duración no llegan a cotizar lo suficiente para tener prestación.
El maquillaje estadístico no puede esconder el hecho de que la recuperación que se vende por los voceros del poder tiene los pies de barro. El que la temporalidad avance a pasos agigantados trae la inseguridad en la vida personal y familiar e impide construir proyectos de futuro. El salario medio de las personas con empleo temporal es un 30 % inferior al de los trabajadores indefinidos y tienen el doble de accidentes laborales.
No podemos resignarnos a este escenario. Hace poco que Rajoy hizo una celebración fantasma en nuestra Comunidad anunciando a bombo y platillo planes estupendos para el mundo rural pero le recordamos que la emigración y la despoblación están causadas por la rueda infernal de una juventud atrapada en el trabajo basura.
Entristece ver un problema tan masivo y constatar la indiferencia con la que se afronta. En estos momentos se siguen programando EREs destructivos en la estrategia de sustituir los sueldos decentes por otros que te meten de forma directa en las estadísticas de pobreza. Además, está constatado que la mayoría de contratos de trabajo temporales se firman en fraude de ley y las grandes empresas de nuestra región y la propia Junta están metidas de lleno en la ilegalidad.
Nuestros Ayuntamientos y el gobierno autonómico siguen lanzando planes de empleo con un escaso esfuerzo presupuestario, con objetivos muy limitados y que no pasa de maquillar el problema. Solo crean trabajo temporal con el objeto de garantizar unas cotizaciones que permitan acceder a subsidios posteriores. Castilla y León no se levantará con limosnas.
¿Para que nos sirve, entonces, tener un sistema educativo de primera si el talento tiene que emigrar? A la brecha salarial entre temporales e indefinidos y de hombres y mujeres hay que añadir la brecha regional. ¿Por qué los mismos trabajos son mejor pagados en Madrid y Cataluña que en Castilla y León? Nosotros no somos nacionalistas: somos solidarios y por eso estamos en contra de los privilegios, de todos los privilegios. Y la deriva insolidaria de nuestro país no hace más que acentuar las diferencias. Por eso queremos alzar la voz por la solidaridad que no es una palabreja más sino el firme empeño de derribar las barreras que impiden la promoción integral y colectiva del mundo del trabajo que no debe conocer fronteras ni levantar muros y fronteras.
Estamos en la disyuntiva: hay un plan para hacer de Castilla y León una región Low Cost. Otros queremos colaborar en crear un espacio de solidaridad en el que no haya que emigrar para sobrevivir, que no sean necesarios los subsidios y que, además, acojamos con alegría a aquellos que vienen de otras tierras en las que se vive peor que aquí.
SAIn: SOLIDARIDAD POR PRINCIPIO.
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