sábado, 8 de diciembre de 2012

"EL OBJETIVO ES CREAR RIQUEZA SOCIALIZADA"

Intervención de Santiago Molina, gerente de la Organización Empresarial de Sociedades Laborales de Castilla y León (AEMTA), en la mesa redonda de las II Jornadas de Economía Solidaria que llevaba por tema: "Cómo impulsar el cooperativismo hoy: necesidades y posibilidades”
Economía social es compromiso.-
Desde mi punto de vista, para abordar el título de la jornada “Cómo impulsar el cooperativismo hoy: necesidades y posibilidades” debemos partir de un diagnóstico y desde ese diagnóstico aplicar las medidas transformadoras.



Diagnóstico
Estamos al inicio de un cambio profundo, un cambio de modelo social que debemos definir ahora: Puede ser un modelo de sociedad más violento que el capitalismo. O un mundo donde el reparto de las riquezas materiales e inmateriales sea el motor de una economía social y solidaria. Las propuestas (imposiciones) no son neutras. Con la globalización y el neoliberalismo, los beneficios de las grandes empresas están creciendo ocho veces más que los salarios y ahogan a las pequeñas y medianas empresas. Su alternativa a la crisis pasa por reducir las prestaciones y los derechos de los trabajadores, dificultar la financiación a las pymes y a las familias, disminuir el papel de los servicios públicos, poner en riesgo los sistemas de protección social y proponer un modelo de gastos e ingresos que conduce vertiginosamente al deterioro de las prestaciones y de los servicios públicos.
Frente a esto, la participación colectiva de los trabajadores en el accionariado de la empresa evita que en época de crisis el ajuste solo recaiga sobre las políticas sociales, el empleo y los salarios. Porque en la economía social el objetivo no es enriquecerse individualmente, sino enriquecer el entorno en el que actúa, crear riqueza socializada, no individualizada.
Después de 4 años de crisis, creo que tenemos derecho a pensar, que la globalización como sinónimo de progreso y desarrollo radicaba en que era de suponer que a través del libre comercio, la prosperidad por sí misma se derramaría sobre los pueblos, cual maná, elevando milagrosamente, el nivel de vida de todos ellos. Y no parece que estemos en esa senda. Y he aquí un gran error: haber dejado en manos de lo que se ha dado en llamar mercados la labor que por naturaleza corresponde a los Estados, permitiendo que se instalen al frente de la toma de decisiones unas empresas capaces de ser más fuertes que ellos. El libre comercio ha secuestrado la soberanía de los países en el plazo de aproximadamente de veinte años (lo que ha tardado la “globalización” en implantarse como un elemento cotidiano en el seno de nuestras sociedades) Hecho que se ha producido con la complicidad de los Estados que se han dejado desarmar y atrapar en las redes de esta economía del chantaje, abandonando sus medios de acción política sobre esta misma economía y negándose a oponer a nivel europeo un contrapeso político.
Es hora de reafirmar que si bien el sistema económico imperante puede ser una vía probada a la prosperidad, éste solo funcionará en compleja interdependencia con el Estado y la sociedad. Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy se pusieron de acuerdo en lo que dieron en llamar un “pacto de competitividad” para imponer a toda Europa ese supuesto “modelo alemán” de austeridad férrea, que está afectando al empleo y la protección social e impide respirar económicamente a nuestras empresas. Alemania con sus políticas socio económicas, de mini jobs, o de “a un euro la hora”, se ha convertido en la China de Europa, la que exporta a cualquier precio, rebaja los salarios y vive de los déficits de los demás.
El conjunto de la sociedad ha sido tomado como rehén de manera permanente al mismo tiempo que se ha conseguido que las llamadas “propuestas alternativas” como puede ser las Cooperativas y Sociedades Laborales, se terminen considerando “irreales” o hasta “utópicas”. Creo que es un gesto de responsabilidad, que quienes defendemos otra forma de hacer empresas, de hacer economía, las sociedades laborales, las Cooperativas, en el marco de la economía social, no estemos dispuestos a la “dimisión cívica”. Propuestas Creo que se hace urgente que las personas aprendamos de nuevo a ser ciudadanos y que en consecuencia nuestros intereses particulares no están desvinculados, sino que dependemos de nuestra participación y compromiso, junto a las otras personas, en la construcción de un interés económico verdaderamente democrático. Creo que es imprescindible fomentar la creación de pequeñas empresas y microempresas. Para ello es necesario implantar una cultura emprendedora y de desarrollo de las personas.
Es vital la implantación de una cultura empresarial que no esté basada exclusivamente en el beneficio económico, sino en la creación y mantenimiento de puestos de trabajo. Es necesario, que esta cultura empresarial esté comprometida con el cuidado del medioambiente y la comunidad. Y quienes asumen estos compromisos son las empresas de economía social. Sociedades y Cooperativas Paréntesis En casa, en el café, en el trabajo, en los informativos, en los periódicos, nuestros representantes políticos, toda la sociedad, repetimos como un mantra las consignas de los mercados. Pero esas consignas resumidas en lo denominado “Políticas de austeridad” están más en entredicho que nunca.
Cada vez se hace más evidente, cada vez es más necesario combinar políticas de control del gasto, porque el problema, independientemente a quien lo haya creado es real, con otras que posibiliten el crecimiento. Y porque en economía, no debiera haber más mantra que aquel que nos muestra la realidad: que defender la economía especulativa frente a la economía real en un delirio. Y es un delirio porque en las soluciones propuestas atacan las consecuencias del problema y no sus causas. El problema es la quiebra del sector financiero y por lo tanto del capital. Y no hay otro. Ni endeudamiento del estado, ni de las familias, ni de las Pymes.
El sistema ha estada basado en la deuda y la financiación.
El sector financiero que infló el precio del ladrillo, con lo que justificó el importe de las hipotecas, y que llevó a su balance un bien por un valor que no tenía, pero que a su vez les proporcionó un beneficio que repartió entre sus accionistas y consejos de administración. Si eran falsas sus cuentas era falso su beneficio y era falso el valor de las viviendas que se encuentra en sus activos.
Propuestas
Es necesario apoyar la inversión productiva mediante la reanudación del crédito a la economía real, sobre todo a las PYMES y las familias. Porque la recuperación económica en España no será posible hasta que no se reanude el crédito a las PYMES. Y si con los actuales medios no es posible, sería deseable disponer de un sistema de garantías de crédito, que consideren peticiones, de empresas y familias, que no son atendidas por la banca privada. Para ello, es necesario reformar el sistema financiero, para que se centre en su verdadera labor de dar crédito a la economía real. Y en este sentido merece la pena considerar la creación de una banca pública que se dedique a la promoción de la inversión en sectores estratégicos, apoyando la viabilidad de las Pymes y la financiación de las familias, o reactivar instancias ya existentes como el Instituto de Crédito Oficial (ICO).

El objetivo de la economía del siglo XXI no puede ser sólo el beneficio, sino el bienestar de toda la población. El crecimiento económico en el siglo XXI no puede ser un fin, sino un medio para dar vida a las sociedades ricas en valores, humanas y justas. En este escenario, desde la conciencia de la realidad en la que nos desenvolvemos y con nuestro compromiso por una sociedad en las que las personas sean su principal valor, desarrollamos nuestra actividad las sociedades laborales. Modelo societario donde los socios trabajadores tienen el control de la empresa.
Como dije al principio estamos en un cambio de época y como en todo proceso de cambio habrá que asumir riesgos. Esta situación, este proceso nos tiene que llevar a una sociedad más cohesionada donde impere la justicia y la solidaridad. Una sociedad que tiene mucho que ver con lo que defendemos desde la economía social.

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