"Cerramos una campaña y abrimos otra. La campaña que cerramos hoy es la que nos manda la legislación electoral. La de los quince días de pedir el voto a nuestros paisanos. La de los carteles, octavillas, coches de megafonía… A partir de esta noche hacemos un alto en esta campaña obligados por la legislación.
Pero la vida no hace altos. La desigualdad creciente entre
ricos y pobres no hace altos. El empobrecimiento en nuestra sociedad no cesa.
La realidad de los emigrantes muriendo en el mar no termina. No para la
explotación de los trabajadores. No deja de producirse la venta y el negocio con productos hechos por niños
esclavos.
Pero nosotros tenemos que terminar esta campaña electoral, en
la que se han oído las voces de aquellos cuya explotación no se detiene. Para
que oyendo esas voces, la política municipal y autonómica sea completamente
diferente. Porque un cambio es necesario, es verdad. Todos los partidos que no
gobernamos creemos que es necesario un cambio. La cuestión es cuál es la fuerza
motriz de ese cambio: o la clase media que defienden la mayoría de partidos, o
los empobrecidos de la tierra, de los que cada vez más conocemos su vida y su
explotación, pero también sus luchas y esperanzas.
No sólo es necesario un cambio, sino que es necesario que el
cambio sea a una mayor solidaridad, a una mayor autogestión.
En esa dirección ha ido la campaña que hemos hecho, las
propuestas, el trabajo que el partido SAIn ha realizado.
Un trabajo que se ha visto marcado en su inicio por la muerte
de uno de los miembros de nuestra candidatura, Miguel Velicia, pocos días antes
de que arrancara la campaña. Miguel no quiso quedarse en casa ante la situación
política actual y colaboró con su presencia en las listas, en esta tarea que
quiere desarrollar el SAIn. Él nos ha
acompañado también en esta campaña.
Os decía que cerramos una campaña y abrimos otra. Otra
campaña, no para pedir el voto, pero sí para conseguir los mismos objetivos:
solidaridad, autogestión, internacionalismo.
Porque mientras no cese la explotación planificada, la
injusticia estructurada y el egoísmo convertido en negocio legal, continuará la
campaña del Partido SAIn.
Pero entre el cierre de esta campaña y el inicio de la
siguiente está el día de las elecciones. Hasta hoy hemos tenido unos medios,
unos instrumentos para ejercer la solidaridad en política: carteles,
octavillas, propuestas, notas de prensa…
Desde el lunes utilizaremos otros medios. Pero el domingo
tenemos un medio: nuestro voto. Y el domingo podemos utilizar ese medio que es
nuestro voto, para votar contra los que no soporto, para echar a los que llevan
equis años en el poder, o para evitar que vengan aquellos a quienes aborrezco (llámense
como se llamen) o para votar al servicio de los últimos. El partido SAIn no ha
querido formar parte de ningún frente “antinadie” porque ha querido que su meta
no sea desalojar, impedir, conseguir, sino servir.
El voto no es lo más importante. Pero es importante. Y es
importante porque con nuestro voto (o con nuestro no voto) se deciden cosas que
no sólo nos afectan a nosotros (y estaríamos locos si no quisiéramos
protagonizar las decisiones que nos afectan), sino también se deciden cosas que
afectan a los últimos (y no tendríamos corazón si no quisiéramos que esas
decisiones fuesen principalmente al servicio de los últimos)
Por eso, queremos que el voto al SAIn crezca, porque cada
voto al SAIn que se suma a las urnas, es un empujón, un respaldo. No a
nosotros, militantes y simpatizantes del partido SAIn, que no somos mejores que
los demás (sean del partido que sean). Ni este candidato es más alto ni más
guapo que nadie. No somos mejores, no. Simplemente queremos cosas diferentes al
resto de partidos, al resto de candidatos. Queremos un mundo nuevo. Y dentro de
ese mundo nuevo, tienen mucho sentido un ayuntamiento nuevo, donde lo primero sea
la solidaridad y el resto venga después.
Por eso cada voto al SAIn es un empujón, un respaldo a la
tarea de emancipación de los empobrecidos de la tierra, que merece la pena
hacer y por la que merece la pena trabajar. Sabemos que los empobrecidos del
mundo hoy luchan: en América, en África, en Asia, también en Europa. Que
quieren sacudirse el yugo de la esclavitud, de la explotación. El domingo
tenemos una herramienta para contribuir a esa lucha: nuestro voto. Utilicémosla.
Y el lunes continuemos el trabajo"
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