Castilla y León es la comunidad autónoma de la que más jóvenes han salido, en términos relativos, hacia otras regiones del territorio español, con un balance especialmente deficitario entre la población con estudios universitarios. Nuestros buenos índices de éxito educativo se ven neutralizados por unas expectativas laborales en las que escasean los empleos cualificados lo que provoca la fuga de nuestros mejores talentos.
La España del interior no tiene voz en el conjunto de la nación. La fascinación que producen las reivindicaciones de las regiones que se han enriquecido a costa de las demás nos ha cegado. Y hemos olvidado a los que más lo necesitan.
En nuestra región, el empleo estacional supera al resto de España y ello porque existe una estrategia que no busca crear empleo sino al repartir la miseria entre los trabajadores que cada día son más pobres.
El maquillaje estadístico no puede esconder el hecho de que la recuperación que se vende por los voceros del poder tiene los pies de barro. El que la temporalidad avance a pasos agigantados trae la inseguridad en la vida personal y familiar e impide construir proyectos de futuro en nuestra tierra. Los ERE´s salvajes que se produjeron en nuestra industria han traído como consecuencia que esas mismas empresas estén volviendo a contratar trabajadores pero a mitad de precio. Poco importa que se firmen planes y se firmen decretos contra la precariedad pues su efecto práctico ha sido prácticamente nulo. Solo publicidad para un gobierno experto en márketing electoral.
No nos resignarnos a este escenario. A la brecha salarial entre temporales e indefinidos y de hombres y mujeres levantamos la voz para denunciar la brecha regional. ¿Por qué los mismos trabajos son mejor pagados en Madrid y Cataluña que en Castilla y León?. Nosotros no somos nacionalistas: somos solidarios y por eso estamos en contra de los privilegios, de todos los privilegios.
Por eso, el 23 de abril salimos a la calle a gritar solidaridad que no es sino el firme empeño de unir a nuestras gentes en torno a un proyecto común. Es hora de meter el hombro y de no confiar en planes de paja que solo nos han traído empleo subvencionado y temporal
Castilla y León no se levantará con limosnas. Los de los privilegios nos miran como una región Low Cost. Otros, en cambio, queremos que todo nuestro potencial sirva para crear un espacio de solidaridad en el que no haya que emigrar para sobrevivir, que no sean necesarios los subsidios y que, además, acojamos con alegría a aquellos que vienen de otras tierras más esquilmadas que las nuestras.
SAIn: SOLIDARIDAD POR PRINCIPIO.
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