"Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades..." Esta expresión utilizada por algunos para culpabilizar a la sociedad de la crisis es perfectamente aplicable a la clase política de Castilla y León, que no ha dejado de gastar dinero en edificios desproporcionados para albergar las instituciones que dicen que son representativas de la soberanía popular.
Un ejemplo evidente es el de las Cortes de Castilla y León. Edificio desproporcionado, se adjudicó por 39,6 millones de euros en 2004. El coste final ascendió a 64,3 millones de euros. El presupuesto sufrió una desviación al alza del 62%. Pues con todo y con eso, ha habido que cambiar la máquina del sistema de refrigeración e instalar pantallas para repeler la radiación solar y proteger al personal del calor.
El problema no viene sólo con el coste de construcción de un edificio, sino con el gasto que supone el mantenimiento. Cualquiera que haya estado en el pleno de las Cortes en invierno, se pregunta la cantidad de energía que se despilfarra en calentar una sala con una altura inmensa. Está claro, estos han vivido por encima de nuestras posibilidades.
Algo similar sucede con el edificio de la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP)situado muy cerca de las Cortes. Costó 5,5 millones de euros. Tiene ocho plantas y en él trabajan ocho personas.
Una persona por planta. Esto sí es vivir por encima de nuestras posibilidades.
Una política normal debe hacer que las instituciones sirvan a las personas. Incluidos los edificios. No es servir a las personas construir edificios que no puedes calentar en invierno de lo enormes que son. No es servir a las personas construir edificios en los que trabaja una persona en cada planta. Esto es servir a las constructoras que se enriquecieron con su construcción.
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